EVALUACIÓN BIOQUÍMICA
En términos generales, la evaluación bioquímica sólo se debe utilizar cuando existe sospecha de una deficiencia nutrimental, con excepción de la deficiencia de hierro, que no suele dar manifestaciones clínicas.
Esta evaluación es conveniente en el caso de las alteraciones asociadas con problemas de exceso, las cuales con frecuencia sólo son evidentes en las
etapas iniciales a través de exámenes de laboratorio; entre estas alteraciones se pueden mencionar la diabetes mellitus y la ateroesclerosis.
A pesar de que en principio la evaluación bioquímica es más sensible que otros procedimientos para evaluar el estado de nutrición, sobre todo en lo que toca a vitaminas y nutrimentos inorgánicos, con frecuencia no es posible alcanzar resultados concluyentes, dado que existe una gran gama de técnicas de laboratorio para determinar un mismo nutrimento, y que aún no hay un acuerdo sobre cuáles son las más sensibles y específicas. De la misma manera, es difícil establecer puntos de corte universales y debido a ello para la interpretación de los resultados el clínico debe conocer las características de funcionamiento de su laboratorio y solicitar los valores de referencia del
mismo.