martes, 20 de noviembre de 2012

Repaso 11


EVALUACIÓN   BIOQUÍMICA  

En términos generales, la evaluación bioquímica sólo se debe utilizar cuando existe sospecha de una deficiencia nutrimental, con excepción de la deficiencia de hierro, que no suele dar manifestaciones clínicas. 
Esta evaluación es conveniente en el caso de las alteraciones asociadas con problemas de exceso, las cuales con frecuencia sólo son evidentes en las 
etapas iniciales a través de exámenes de laboratorio; entre estas alteraciones se pueden mencionar la diabetes mellitus y la ateroesclerosis. 
A pesar de que en principio la evaluación  bioquímica es más sensible que otros procedimientos para evaluar el estado de nutrición, sobre todo en lo que toca a vitaminas y nutrimentos inorgánicos, con frecuencia no es posible alcanzar resultados concluyentes, dado que existe una gran gama de técnicas de laboratorio para determinar un mismo nutrimento, y que  aún no hay un acuerdo sobre cuáles son las más sensibles y específicas. De la misma manera, es difícil establecer puntos de corte universales y debido a ello para la interpretación de los resultados el clínico debe conocer las  características de funcionamiento de su laboratorio y solicitar los valores de referencia del 
mismo. 

Repaso 10


EVALUACIÓN  CLÍNICA  

La evaluación clínica incluye cuando menos la inspección, la palpación, la percusión y la auscultación. Dentro de las técnicas de evaluación médica es, quizás, la que tiene un origen más remoto. Todos los pueblos que desarrollaron 
conocimientos, de una u otra forma describieron diversos signos clínicos que incluso hoy en día se reconocen como patognomónicos. 
La nutriología no escapa a esta situación y los textos clásicos sobre desnutrición siempre incluyen prolíficas, brillantes y detalladas descripciones de la apariencia física de los individuos, que en la práctica clínica hacen por sí mismas el diagnóstico de desnutrición; sin embargo, no es frecuente encontrar cuadros floridos de la enfermedad y en estos casos la exploración física no es suficiente para establecer el diagnóstico. En estas condiciones, la exploración clínica permite orientar hacia el posible origen del cuadro encontrado, siempre y cuando se acompañe de los estudios pertinentes (antropométricos, bioquímicos o dietéticos) para llegar a un diagnóstico de certeza.

Repaso 9

continuación de mediciones especiales


Fondo uterino 
Éste es un indicador antropométrico que por desgracia no se utiliza con frecuencia en  la evaluación del estado de nutrición del feto. En obstetricia se emplea como indicador del crecimiento fetal y cuando se carece del dato de edad gestacional se usa para calcular la duración de la gestación. Posee un alto 
valor predictivo sobre el peso del recién nacido y junto con la evaluación de la ganancia de peso materna, permite una adecuada evaluación del estado de nutrición tanto de la madre como del feto.

Índice cintura/cadera  
El índice cintura/cadera ha sido incorporado en fecha reciente a la evaluación antropométrica del estado de nutrición y pretende ser un indicador útil en la descripción de la distribución del tejido adiposo. El índice se calcula  dividiendo el perímetro de la cintura entre el  de la cadera. Los riesgos de que existan complicaciones tales como diabetes, hipertensión arterial y otros problemas asociados, se establecen  con base en los siguientes puntos de corte: 
Riesgo bajo: < 0.73 
Riesgo medio: 0.73-0.80 
Riesgo alto: > 0.80

Repaso 8


Mediciones especiales 
En diversas etapas de la vida o ante determinadas condiciones fisiológicas, es pertinente realizar ciertas mediciones antropométricas. Tal es el caso del perímetro cefálico en los menores de dos años, el fondo uterino en 
las embarazadas y el índice cintura/cadera en los  sujetos adultos 

Perímetro cefálico 
Se considera que en los niños menores de dos  años es un indicador del crecimiento de la masa cefálica y un indicador indirecto del estado  de nutrición. Una de las ventajas de esta medición es que en manos de personal correctamente adiestrado, su coeficiente de variación es muy pequeño (0.02) y para su determinación sólo se requiere de una cinta métrica (metálica o de fibra de vidrio y  angosta de preferencia)

Repaso 7


  • grasa corporal



Existe un gran número de ecuaciones para predecir la cantidad de grasa corporal a partir de la medición de los panículos adiposos. Algunos de 
estos métodos requieren de la medición de numerosos panículos. Durnin y sus colaboradores han  propuesto que para tal fin es conveniente por lo  menos tomar el panículo adiposo subcutáneo de  cuatro sitios distintos, procurando medir  panículos tanto de las extremidades como del  tronco. 
Durnin y Womersley han generado una serie  de ecuaciones para calcular la grasa y la masa libre  de grasa a partir de la determinación de lospanículos adiposos. Para ello es necesario: 
•  Registrar el sexo, la edad y el peso del sujeto  (sólo es útil en adultos). 
•  Sumar los panículos adiposos correspondientes a bíceps, tríceps, subescapular y suprailiaco. 
•  Calcular el logaritmo de la sumatoria de panículos adiposos. 

Repaso 6


Índice de masa corporal 
Otro índice para la evaluación antropométrica es el de Quetelet, también conocido  como  índice de masa corporal  (IMC), que fue  descrito y publicado por L. Adolph Quetelet en 1871.
Se basa en la observación de que una vez que el crecimiento ha terminado, el 
peso corporal de individuos de uno y otro sexo  es  proporcional al valor de la estatura elevada al cuadrado: peso en kg/(estatura en m)2

Repaso 5


EVALUACIÓN ANTROPOMÉTRICA 

  • Indicadores 

El indicador más utilizado para evaluar el estado de nutrición es la relación entre el peso, la estatura,  el sexo, la edad y el estado fisiológico. Esta situación 
no es casual, si se considera que cada nutrimento se asocia con un síndrome específico de deficiencia  o exceso, y que los más comunes son la desnutrición energético-proteínica (balance negativo patológico de energía) y la  obesidad  (balance positivo patológico de energía).  
La evaluación del estado de salud implica una adecuada apreciación del estado de nutrición y ésta a su vez requiere de una estimación de la 
composición corporal. Una forma de evaluar la composición corporal es dividir al organismo en  dos compartimientos: masa grasa y masa libre de  grasa (masa magra), dentro de la que se consideran agua, proteínas y minerales óseos. 
Es importante destacar la disminución paulatina del contenido de agua corporal, que  pasa de 86 por ciento a las 24 semanas de gestación,  a 73 por ciento en el adulto joven; llegando a ser aún menor en el anciano. 
Otro aspecto importante en la edad adulta es la diferencia porcentual  en la proporción de grasa entre las mujeres y los hombres: 28 por ciento en las primeras y 18 por ciento en los segundos.